Por looks como este vamos a echar mucho de menos a Meghan Markle

¡Cómo vamos a echar de menos a Meghan Markle! La norteamericana se ha despedido de la vida pública como miembro de la familia real británica por todo lo alto, a lo grande de verdad. Lo ha hecho completando una mano de looks que recordaremos toda la vida con otra matrícula de honor en estilo gracias al outfit con el que ha acudido a la abadía de Westminster para celebrar la tradicional misa anual por el Día de la Commonwealth.

Mucho se escribirá dentro de décadas acerca de la sucesión de estilismos que la duquesa de Sussex nos ha regalado en su regreso a Londres para la traca final antes de su independencia definitiva de la corona británica.

Primero, el vestido turquesa de Victoria Beckham que llevó en los premios Endevour; después, el elegante look 'total white' con el que acudió al teatro; posteriormente, el outfit en clave working con un original bolso de algodón de la firma británica Rejina Pyo en su visita a un colegio en Londres; y después, el vestido rojo con falsa capa que llevó al Festival de Música Mountbatten con el que nos dejó a todas sin palabras. Parecía insuperable este último look, pero en su despedida ha conseguido estar a la altura del mismo. Y eso ya lo dice todo.

Meghan ha cambiado el rojo -elegido por Kate Middleton precisamente para su reencuentro con su cuñada en un acto público varios meses después- por el verde botella, color que domina en exclusiva el vestido midi con capa ladeada, esta vez de verdad, que ha llevado en esta día tan especial, que supondrá un punto de inflexión en la historia de la familia real británica.

La pieza es una maravilla firmada por la diseñadora británica Emilia Wickstead, y Meghan no ha podido elegir mejor los complementos para sacarle todo el partido sin restarle un ápice de protagonismo. Especialmente llamativo es el sombrero, una delicada creación de William Chambers Millinery que la firma ha confirmado en su perfil oficial de Instagram haber diseñado en exclusiva para la duquesa de Sussex.

Unos stilettos en tono crudo de Aquazzura y un minibolso verde oscuro que lleva el sello de Gabriela Hearst han sido los otros dos complementos con los que Markle ha acompañado el vestido de Emilia Wickstead. Unos pendientes pequeños de Maison Birks han rematado un outfit que será recordado para siempre en los libros -digitales, seguramente- de historia, tanto en los especializados en moda como en los referentes a la corona británica.

A esto se le llama dejar el pabellón bien alto.