Meghan Markle cambia los tonos pasteles por el amarillo y triunfa

Desde que se hizo público el compromiso de Meghan Markle y el Príncipe Harry, todos los ojos se posaron en la entonces actriz. Cada uno de los pasos que daba eran analizados con lupa y más aún los looks que escogía para hacerlo.

El azul marino se convirtió entonces en su mejor aliado para superar los meses de invierno a base de faldas midi y abrigos pero, con la llegada de la primavera y tras la celebración de la esperada boda, su armario se lleno de sofisticados vestidos en blanco o tonos pastel para sus diferentes actos oficiales. Tanto es así que incluso podríamos decir que la Duquesa de Sussex tiene un patrón favorito que repite en cada una de sus apariciones.

Pero eso parece haber cambiado en las últimas horas. La flamante esposa de Harry de Inglaterra ha acudido a una recepción juvenil de la Commonwealth en Londres y lo ha hecho con un diseño diferente a lo que acostumbra. De nuevo ha sido un vestido de líneas sencillas y largo midi, pero esta vez era de corte recto, sin mangas y, lo más sorprendente, en un atractivo color amarillo.

Una aplaudida creación del joven diseñador norteamericano Brandon Maxwell cuyo precio es de 916 euros que ha acompañado de unos zapatos de salón en tono nude para restarles protagonismo y un sencillo moño de bailarina a modo de recogido.

Una fórmula nueva para brillar por la que ha apostado Meghan con la que ha logrado volver a conquistar a base de elegancia y buen gusto sin necesidad de renunciar a su estilo discreto.