¿A dónde iremos cuando nos deje el coronavirus?

¿Cuántas escapadas se han quedado aplazadas por el confinamiento? Ese primer baño en la playa que teníamos preparado para Semana Santa, ese pueblo que queríamos conocer, esa ruta que queríamos hacer. Apunta estos destinos, los harás realidad más pronto de lo que te parece:

Entre la costa y y la montaña

Pueblos con encanto como Mijas y más de 320 días de sol al año es lo que puedes encontrar en la Costa del Sol. Enclavado en la sierra homónima, es uno de los pueblos más famosos por sus casas encaladas y su casco histórico árabe. ¿Te atreves a subirte a uno de sus famosos burrotaxis? Su costa tiene más de 12 km de playa.

Otro buen destino puede ser Benalmádena, donde se encuentra Palladium Hotel Costa del Sol con habitaciones inspiradas en la serenidad del Mediterráneo. A 19 km del aeropuerto, con instalaciones reformadas en el 2019 y actividades de ocio para todos, el hotel es ideal para familias o parejas que quieran desconectar. Relájate en su spa y disfruta de la gastronomía en sus siete restaurantes.

Una explosión de flores

Si te escapas al Bajo Ampurdán (Gerona), no te pierdas los ,Jardines de Cap Roig, que te ofrecen una de las panorámicas de la Costa Brava y donde la botánica se fusiona con el arte. Con una extensión de 17 hectáreas, estos jardines atesoran más de 1.000 especies de todo el mundo y esculturas de artistas nacionales e internacionales.

Situado entre Palafrugell y Mont-ras, el parque está formado por varios minijardines que descienden en terrazas desde el castillo de Cap Roig hasta el mar y que se conectan por la Escalera de los Cipreses.

Escapada a la Sierra

Con la llegada del buen tiempo, las orquídeas silvestres dominan el paisaje del Parque Natural de Sierra de Grazalema para poner color a este macizo. Situado entre Cádiz y Málaga, el parque alberga 40 especies de las 150 que se encuentran en España, de las que la mayoría florecen entre marzo y abril. El resultado son unos paisajes que, según la luz del día, van cambiando de tonalidad.

Los campos se llenan también de geranios silvestres o rosas albarderas. ¿Te hacemos una ruta de pueblos? Prado del Rey, Zahara de la Sierra, Grazalema, Ubrique, Villaluenga del Rosario o Benaocaz.

La fiesta del cerezo

Hay pocos destinos donde la primavera se vive como en el Valle del Jerte. Entre finales de marzo y primeros de abril, más de un millón y medio de cerezos en flor cubren de infinidad de pétalos blancos todo el valle. Un espectáculo que solo dura 10 días.

Donde mejor lo puedes contemplar es en Tornavacas y la Garganta de los Infiernos. Bosques de la zona, piscinas naturales de Los Pilones y gastronomía de la comarca. ¡Tienes un finde redondo!

En la cima de la isla

El volcán del Teide despierta en primavera: en sus campos de lava, se produce una explosión rojiza. Es un destino que merece sin duda la pena.

No es una erupción, sino las flores del tajinaste, una planta endémica que puede alcanzar los 2 metros y que se cubre de cientos de florecillas de un rojo intenso al alcanzar su plenitud. Se convierte en el prota de uno de los parques más visitados de Europa.

Los mejores lugares para observar su floración son los miradores del Tabonal Negro, los Azulejos o del Llano de Ucanca.

Una princesa medieval

Al sur de Toledo y cerca del río Torcón, en los alrededores del castillo de Montalbán se levantan campos de amapolas que en esta temporada ofrecen un paisaje que merece una escapada y unas buenas fotografías. Un viaje a una hora de Madrid que puedes improvisar cualquier finde.

Sube hasta el castillo, una antigua fortaleza que data de la Reconquista y que sobresale sobre un paraje solitario. Construido originalmente como una alcazaba musulmana, las torres se sujetan con arcos apuntados decorados con inscripciones lapidarias.

Para ir abriendo boca, aquí tienes una bonita selección de escapadas que te van a terminar de convencer. Paisajes que enamoran:

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