'Las Chicas del Cable', un adiós a lo grande

Tras el final de la cuarta temporada, la primera serie española de Netflix llega con un desenlace apoteósico, a la altura de esta ficción. La fecha, el 14 de febrero. La serie, un ejemplo de empoderamiento femenino adelantado a su tiempo, sigue las aventuras de estas mujeres que tienen que lidiar en un mundo aún dominado por ellos.

'Las chicas del cable' nos han enganchado por su estética y su compromiso.

También han seducido a la Directora Editorial de Revistas del Grupo Zeta, Charo Izquierdo, como ha reconocido en la mesa redonda que ha moderado con Blanca Súarez (como Lidia Aguilar), Ana Fernández (como Carlota Rodriguez de Senillosa) y Nadia de Santiago (como Marga Súarez) y la creadora de la serie, Teresa Fernández-Valdés como participantes.

Reconoce que se ha quedado muchas noches viendo un capítulo más: “No soy la única fascinada, es una serie que pueden ver varias generaciones, la veo con mi hija Camila, de 23 años”, explica Charo, que reconoce también el mérito de la ficción en cuestión de decorado, vestuario y todo el tema relacionado con el empoderamiento femenino: “Hemos mejorado, pero no tenemos todo el terreno ganado. Las mujeres tienen un papel protagonista, triunfa la amistad, es una historia de grandes afectos”.

Un final dosificado

La plataforma ha decidido dividir en dos tandas de cinco episodios cada una tras un final de infarto. La ficción busca finalizar sus tramas de una forma lo más emotiva posible, avanzando en ese camino hacia la igualdad y la libertad que las protagonistas han peleado desde el primer episodio.

“Hay acción, muere mucha gente, es una temporada atrevida, ambiciosa y más grande. Las chicas son más seguras, se han convertido en unas pedazo de mujeres, ya no hay duda de qué espacio ocupan, son mujeres inteligentes, que toman decisiones estratégicas, toda la temporada es muy potente”, explica Teresa.

“Hay un antes y un después, un cambio de ritmo a la hora de afrontar los temas. Esta serie femenina no echa atrás a los hombres,- el reparto masculino también es muy potente-, han sido muy generosos de compartir y llegar hasta el final. Esta serie de época ha conectado con la audiencia más joven, las chicas han encontrado algo más que amor, unos fuertes lazos de amistad”, asegura.

La serie se queda en el currículum de todas ellas, que no pueden hablar con más cariño: “Han sido cuatro años de aprendizaje, era la primera vez que trabaja con Netflix, había muchas preguntas en el aire, se abordaba una etapa convulsa, acabamos con orgullo y emoción, nos hemos dejado la piel”, explicaba Blanca Suárez.

“Hemos terminado llorando en la última escena”, reconoce Ana Fernández. “Hemos compartido, peleado, nos hemos arreglado, hemos trabado una amistad que se mantiene en el tiempo, es una serie complicada por las localizaciones para grabar, con un ritmo rápido y exigente, hemos mezclado el talento con las prisas”.

Nadia de Santiago está muy orgullosa: “He aprendido mucho de la importancia de la mujer en la historia, con cinco mujeres diferentes, pero que se complementan. No era conscientes del gran cambio, ahora tengo más conciencia del feminismo y del camino que nos queda”.

“No han perdido la conexión con sus personajes, han sido las primeras que en las reuniones de equipo pedían que si seguían con la serie, se incorporasen nuevos desafíos, la relación ha sido muy cercana. La colaboración no ha podido ser más estrecha entre ambas partes”, explica la productora Teresa.

“Al final, conoces mucho a tu personaje y ellos, Netflix y Bambú, han estado abiertos a todas las propuestas que les sugeríamos, creces de la manos de tu personaje”, reconoce Nadia.