María Pombo y Pablo Castellano: la historia de una boda en la que hubo toro mecánico y 'fast food'
Cómo hacer que una boda de princesas termine siendo divertida.
Parece que este mes de junio va de bodorrios y la pareja influencer más conocida de nuestro país lo tenía complicado para no ser una más de montón. Pero por lo que hemos podido descubrir a través de Instagram, María Pombo y Pablo Castellano estamos convencidas que han conseguido que sus invitados no olviden nunca el 22 de junio de 2019.
Desde que pusieron un pie en territorio Cántabro todo apuntaba muy bien: últimas comidas como novios con su gente, paseo en barco con amigos, y en un lugar único con vistas al mar. Y así es como consiguieron que sus invitados, pese a la resaca, tuvieran más ganas para seguir celebrando el amor.
Primero fue el turno para una ceremonia muy especial, con mensajes de los invitados y los novios muy emotivos, después la salida de María y Pablo como marido y mujer donde fueron recibidos por sus invitados con papelitos de colores, un precioso beso a las puertas de la Colegiata de Santa Cruz de Castañeda y después rumbo hacia el lugar donde tuvo lugar todo el fiestón que el joven matrimonio había preparado para todos sus invitados.
Todo empezó con la espontaneidad de María que se marcó un baile con mojito en mano nada más llegar al lugar donde se sirvió el cóctel, y tuvo lugar la primera sorpresa: un concierto en directo en el que María y Pablo lo dieron todo. Después llego uno de los principales 'momentazos' de la noche: cuando los invitados recibieron al joven matrimonio al ritmo de gritos, música y servilletas al viento en la carpa donde degustaron el plato principal: un lomo de vaca acompañado de ensalada de espárragos, rúcula con parmesano, tomate aliñado, pimientos de padrón y patatas fritas. De postre los novios eligieron unas milhojas con coulis de frutos rojos.
Lágrimas, risas, bailes, cantos, gritos, felicidad... A medida que iban pasando las horas, la felicidad de los invitados iba 'in crecendo' y se empezaron a formar corrillos alrededor de la mesa nupcial mientras los novios estaban subidos a hombros de dos de los invitados. Pero tras estas anécdotas, la fiesta continuaba en la zona de discoteca.
Como manda la tradición, el fiestón lo abrieron María y Pablo bailando y cantando su canción más especial. Y a partir de aquí se abrió la veda a la diversión: dj y un toro mecánico al que se subieron los más atrevidos de la armada de influencers que asistió a la boda, como Teresa Andrés y Alex Doménech.
Como colofón llegó el momento más esperado por la mayoría de invitados, y por los propios novios, la 're-cena'. En esta ocasión, María y Pablo optaron por deleitar a sus invitados con fast food. Se repartieron cajitas con nuggets y patatas fritas de una de las cadenas más conocidas de este tipo de comida apta para altas horas de la noche. Y colorín colorado la mágica boda del matrimonio influencer terminaba para algunos a primera hora de la mañana del domingo 23.
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