Este es el ritual para conseguir un pelo sano e hidratado

Al igual que ocurre con la piel, el pelo sufre las consecuencias del invierno y debemos cuidarlo. Una situación que se repite durante la temporada estival, que también requiere prestar una atención especial a nuestra melena. Al final el objetivo es el mismo: hidratar y aportar brillo a nuestro pelo, aunque los trucos y las tácticas sean diferentes a la hora de hacer frente a factores externos que lo dañan y deterioran.

De ahí que, en la actualidad, estén proliferando los tratamientos de colágeno para el pelo y la cultura del 'lavar, cortar y peinar' esté sufriendo una transformación. Cada vez son más las personas que se preocupan por su melena y piden cita en su salón de confianza para someterla a un cuidado extremo. Una precaución que desde la peluquería Jean Louis David nos ayudan a tomar explicándonos cuáles son las principales causas que provocan una melena dañada.

1. Excesivo calor originado por los accesorios de pelo

En este sentido nos referimos a las herramientas térmicas como las planchas de pelo, el secador o el exceso de calor procedente de la calefacción del hogar y de los espacios públicos. Durante el invierno, el uso de estos elementos afecta directamente a la salud de nuestro cabello. Surge así una necesidad inmediata de hidratación y, sobre todo, de prestar especial atención al uso excesivo de estos elementos. “Si ya contamos con un cabello que está más seco de lo normal y todo esto lo acentuamos con esos estados extremos de calor, el daño puede acentuarse más de lo normal por lo que insistimos en la necesidad de tener una rutina de cuidado e hidratación”, afirma Pedro Moreno, Education Manager de Jean Louis David.

2. El clima, nada favorecedor.

Las diferentes estaciones del año influyen notablemente en el estado del organismo haciéndolo pasar por diferentes etapas. “Durante el verano, el excesivo calor tiene un efecto expansivo sobre el cuerpo que, cuando llega el invierno es todo lo contrario. El frío tiene una acción vaso constrictora sobre el organismo y esto va a tener diferentes consecuencias en el cabello”, declara Pedro Moreno. Como explica el experto, “al contraerse el organismo, las glándulas sebáceas también se contraen y eso hace que se genere menor cantidad de sebo, sustancia que mantiene el cabello hidratado”.

Esto hace que, durante el invierno, siempre haya más tendencia a tener el cabello más seco de lo habitual. Además, más allá del frío, otros factores como el viento o el aumento de humedad, son también causantes de este cambio en nuestro cabello. Para hacer frente a esta situación es importante realizar rutinas de belleza como aplicar una mascarilla una vez a la semana y dejar actuar al menos treinta minutos.

3. Protégete durante la práctica de ciertos deportes

Durante estas fechas, el esquí es el deporte por excelencia y afecta directamente al cuidado del cabello debido a las condiciones extremas climatológicas a las que nos sometemos. Al llevarse a cabo en lugares de alta montaña, donde el cabello está expuesto a inclemencias muy fuertes como el sol extremo, el reflejo de la nieve o las temperaturas bajo cero, se “acentúa esa sensación de sequedad o incluso el cabello se vuelve más frágil hasta poder partirse con facilidad", explica Pedro Moreno.

Si este es tu deporte e incluso si eres de practicar actividades acuáticas también en invierno la protección del cabello es esencial. El uso de accesorios como gorras, cintas de pelo, o gorros es muy importante. Además de, aplicar productos hidratantes durante la práctica de los mismos para conseguir un mayor brillo y sedosidad.

4. Contaminación ambiental

Otro de los factores que incide directamente en el cabello, al igual que en la piel, o en la salud, es la contaminación ambiental, sobre todo, en grandes ciudades donde el exceso de contaminación es evidente. En el caso de que se quiera proteger el cabello de esta contaminación sería recomendable el uso de productos con alto contenido en vitamina B5 perfecta para evitar la sequedad provocada por esta causa.