Invierte en una buena mascarilla, aprende cómo sacarle partido y ahorra en peluquería

Aunque no son baratas, si las usas en plan ‘pro’, cada céntimo gastado habrá merecido la pena, atenta a la estrategia

Zendaya vestida de rosa con el pelo suelto

Cuanto mejor uses la mascarilla, menos irás a cortarte el pelo y podrás lucir melenón como Zendaya

/ GETTY

Una mascarilla no es un simple acondicionador que te pones para sellar la cutícula y evitar cierto encrespamiento. De hecho, el pH de un acondicionador, en general, es ligeramente ácido (4,5 aproximadamente) a diferencia de la mascarilla, que tiene una consistencia densa, menos viscosa y su pH es de alrededor de 5 – 5,5. Esto le permite abrir las cutículas y hacer penetrar al interior de la estructura del cabello una profunda nutrición. Por tanto, no tiene ningún sentido usar una mascarilla deprisa y corriendo, en un minuto y aclararla como si fuera acondicionador.

Las mascarillas son auténticos chutes de nutrición y reparación que hacen milagros sobre todo con las melenas teñidas o sometidas a tratamientos químicos, así como cualquiera sometida a climas extremos de frio o calor.

Cada melena tiene sus necesidades y, por tanto, debe recurrir a un champú, acondicionador y mascarilla adecuado a ellas. Sin embargo, hay un tipo de mascarilla que conviene a casi todos los cabellos. Con ellas se pueden hacer en casa tratamientos como de peluquería con los que tu cabeza vive un auténtico reseteo. Esto te evita meter la tijera con tanta frecuencia, además de permitir que luzcas un pelazo suave, brillante, sin frizz, suelto… Eso sí, hay que saber cómo usar la mascarilla como hacen los profesionales, de forma que obtengas de ella beneficios por hasta el último céntimo de euro que has pagado por ella.

Te vamos a contar lo que los expertos nos han aconsejado para aprovechar las virtudes de la mascarilla, que son muchas y, después, una selección de nuestras mascarillas Premium favoritas.

CÓMO USAR CORRECTAMENTE LA MASCARILLA PARA AHORRAR EN PELUQUERÍA

1. Aunque parezca una verdad de Perogrullo, hay que aplicar la mascarilla siempre con el pelo limpio. La grasa, suciedad y restos de productos de peinado pueden reducir la eficacia de la mascarilla.

2. En plan intensivo, mientras duermes, la mascarilla puede estar actuando en modo reparador, eso sí, hay que dormir con un gorro de ducha y lavar la cabeza por la mañana.

3. Si tienes alguna necesidad específica porque tu pelo es, por ejemplo, muy fino o muy rizado, elige la mascarilla adecuada. El mercado es amplio y seguro que hay una que se ajusta a lo que conviene a tu melena.

4. ¡¡Repártela bien!! Lo creas o no, es uno de los secretos de su éxito y, de esa forma, podrás usar menos cantidad. La mascarilla, una vez aplicada, tiene que estar puesta de forma homogénea. Ayúdate, para ello, de un peine de púas anchas y separadas.

5. Si la repartes con los dedos, haz hincapié en las puntas (la zona que habitualmente está más dañada). No frotes, es suficiente con un suave masaje.

6. Si tienes tiempo, aplícala y después seca con secador antes de aclararla. El calor abre la cutícula y deja que los beneficios de la mascarilla penetren

7. Cuando te laves el pelo para retirarla, hazlo con agua tibia o fría para que se selle y quede protegida.

¿Lista para elegir una buena mascarilla? Aquí te mostramos nuestras seis favoritas. Todas son nutritivas y reparadoras.

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