Los diez mandamientos de la cena de empresa

Lo que debes hacer (y lo que no). 

Amigos cenando

Amigos cenando.

/ Frederic Cirou

Se acerca ese día marcado en rojo en el calendario laboral y no precisamente por el hecho de que sea festivo, sino porque puede ser un acto de lo más agradable o uno de los momentos más tensos si no sabes muy bien cómo comportarte. Efectivamente, la cena de empresa está aquí de nuevo, así que es hora de repasar la lección. Estos son los 10 mandamientos que no puedes olvidar para que no acabe la noche ‘como el rosario de la aurora’:

1. No ir NO es una opción: si no quieres quedarte fuera de las conversaciones que se darán en bucle durante, mínimo, el próximo mes y medio en la oficina, tienes que acudir a la fiesta sí o sí. Además, tus superiores pueden tomárselo como una ofensa. Sirva este mandamiento como recordatorio por si se está pasando por la cabeza no ir...

2. Elige bien el look: no es día para arriesgar porque este tipo de cenas siempre tienen de por sí mucho riesgo de acabar descarrilando como para hacerlo desde el principio, ¿verdad? Abre el armario y ve directamente a la parte conservadora del mismo. Ni lo dudes.

3. Cuidado con las conversaciones: como manda el protocolo, nada de política ni de religión. No querrás reventar la cena con la típica discusión que ya hará estallar la cena familiar en Nochebuena. Ten la fiesta en paz y deja en el cajón de los temas tabú si no quieres comprar papeletas para que te toque la bronca de la noche.

4. Pide el día siguiente libre: si crees que vas a estar demasiado cansado o en malas condiciones, el primer paso hacia el éxito tienes que darlo antes de que llegue la fecha. Solicita a tu jefe que el día siguiente te lo de libre; ni te plantees que a lo mejor os dejarán llegar más tarde porque, en caso de que este milagro ocurra, tampoco será suficiente para tu cuerpo.

5. No vayas en tu coche: podríamos decirte que no bebas pero por si esto no puedes controlarlo, debes ser consciente de que esto no se puede condicionar tu noche. Así que olvídate de coche propio. Haz una hucha y mete el suelto necesario para pagar el taxi o el uber de vuelta.

6. Sé puntual: es fundamental no llegar el primero pero tampoco el último. No el primero porque corres el riesgo de que el segundo sea el director general, y tampoco el último porque entonces da por seguro que cenarás a su lado y salvo que quieras hacerle la pelota y que nadie más te vuelva a invitar a tomar café en la oficina, no es seguramente el plan que te hubieras imaginado.

7. Lleva la batería a tope: carga el móvil al 100% y por si acaso mete otra portátil. No sabes si tendrás la mejor oportunidad de tu vida profesional en la que grabar documentos inolvidables que pueden ser herramientas del futuro. Si has estado en otras fiestas de empresa sabrás de sobra que los karaokes los carga el diablo. Algo tienen de magnéticos los micros y los escenarios esas noches.

8. Sé participativo: una cosa es acabar con la corbata en la cabeza, una copa en una mano y el micro en la otra cantando el ‘Sobreviviré’ de Mónica Naranjo o el ‘Yo soy aquel’ de Raphael y otra actuar como una seta que participe lo mismo que una estatua. Es un día para disfrutar y compartir un rato inolvidable con los que siempre tienes que estar concentrado y serio, así que olvídate de rencillas o vergüenzas.

9. Ve siempre "dos copas por detrás" que los jefes: esta frase es tan típica que se ha alcanzado el nivel de ‘consejo de la abuela’ porque tiene toda la razón. El problema reside en la dificultad de cumplirlo a rajatabla.

10. No te líes con nadie: ¡cuidado! Tatúate la palabra ‘equilibrio’ o ‘límites’ en el antebrazo con rotulador permanente por si en algún momento se te ocurre algo que nunca antes se te habría pasado por la cabeza. Recuerda que son tus compañeros de un ámbito laboral y después de esta noche tendrás que seguir trabajando con ellos codo con codo a diario.

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