Las ciudades europeas en las que más se liga son...

Descubre cuáles son los mejores destinos para quienes van en busca de las flechas de Cupido.

Londres, una de las ciudades en las que más se liga

Londres, una de las ciudades en las que más se liga.

/ Instagram @shadz_ig

A lo mejor ya te coge un poco mayor esto de San Valentín como para comprar una rosa y salir en plan Richard Gere a por Julia Roberts. Pero siempre es una buena excusa para tener algo que celebrar, que sino se queda febrero muy soso después de las fiestas navideñas, ¿no?

Tranquila, que no venimos con recomendaciones del estilo 'pueblos a los que ir de escapada romántica', 'hoteles en los que celebrar San Valentín' o 'platos para cocinar en casa y declarar tu amor a tu pareja'. No es este el caso, ¡prometido! Lo que venimos a contarte es una curiosidad, al menos a nosotras nos lo parece, que algo sí tiene que ver con esto de Cupido y sus flechazos.

'Love is in the...'

Holidu, un buscador de alquileres vacacionales, ha realizado un metaestudio sobre las ciudades de Europa en las que más se liga y, claro, ha sido irresistible pasarnos todo el café de la mañana discutiendo en la redacción sobre sus conclusiones y tratando de buscar casos conocidos, propios o ajenos, que demostraran la verosimilitud del top 10 con el que concluye lo publicado por esta compañía.

Ojo, antes de compartirlo contigo debemos remarcar que se trata de un metaestudio. No queremos que te vuelvas loca y compres el primer vuelo que salga para Reykjavik, por citar una de las ciudades que forma parte del ránking, si es que estás deseando conocer al amor de tu vida. Está elaborado, según la nota oficial del buscador, reuniendo las menciones y posiciones obtenidas por 80 ciudades europeas en diversos estudios relacionados, y complementando dichos datos con los precios medios de alojamiento de cada una de las urbes.

Nosotras no podemos garantizarte que se cumpla, pero sí podemos garantizarte un tema de conversación de lo más entretenido para toda la semana, por lo menos hasta que llegue el 14 de febrero y te cojas la maleta.

Al fin y al cabo, sería una buena excusa para autojustificar la inversión en una escapada, como el que quiere ir a un restaurante en el que se comen los mismos ingredientes que a la vuelta de la esquina de donde reside o viaja por ver un concierto que en dos meses tendrá en su propia ciudad.

Esto es algo más metafísico, pero piensa que como se convierta en realidad, ni la gastronomía ni la música te pueden ofrecer tal nivel de disfrute prolongado en el tiempo.

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