Priyanka Chopra convierte el Festival de Cannes en una auténtica pasarela

El pasado día 16, Priyanka Chopra aterrizaba en Cannes por primera vez dispuesta a hacer del Festival de cine su particular desfile de moda. No sabemos de qué tamaño era la maleta con la que la actriz llegaba al aeropuerto de la ciudad francesa pero lo que sí sabemos es que a lo largo de los últimos cuatro días nos ha dejado una larga lista de estilismos propios de las mejores alfombras rojas.

En la jornada inaugural apareció ante los fotógrafos con un diseño de Roberto Cavalli cargado de pequeños cristales que sirvió como anticipo de lo que vendría después. Un mono blanco, plisado y con una original capa obra de la firma Honayda fue su impoluta elección en blanco para su siguiente aparición pública a la que siguió un largo vestido tipo túnica en color azul que acompañó de un sombrero color blanco.

Horas más tarde volvería a cambiarse de ropa, esta vez para acudir de nuevo junto a Nick Jonas a la fiesta organizada por la casa joyera Chopard con motivo del certamen cinematográfico, para optar por un vestido morado de Fendi que acompañó de unos pendientes brillantes en forma de lágrima.

La mañana siguiente sería el turno de un sexy vestido lencero con alegre estampado en tonos verdes y amarillos, mientras que la noche quedaría reservada para uno de los que ha sido sus looks más llamativos en color blanco con un voluminoso diseño de tul obra de Georges Hobeika con el que parecía que estaba a punto de volver a darle el "sí, quiero" al integrante de la banda de los Jonas Brothers.

Un look que sorprendió a todos pero que horas más tarde cambiaría por uno radicalmente distinto. La actriz sacaba entonces a relucir su lado más sensual con un atrevido vestido de Philosophy realizado en malla con escote en uve y abertura lateral con el que podíamos verle en sus redes sociales disfrutando de la noche francesa.

Y para decir adiós a estas intensas jornadas de festival, Priyanka se vestía con un traje oversize en color beige al que añadía con acierto una camiseta blanca además de un gran bolso rojo que ponía la nota diferencial.

Toda una lección de estilo en solo cuatro días que merece la pena ser recordada.