Botas de agua: reta a la lluvia y gana con estilo

Las katiuskas se reinventan para llenar de diversión nuestros looks. 

Botas de agua de Hunter

Botas de agua de Hunter.

/ Instagram @Hunterboots

Fueron parte indispensable de nuestra infancia, sin embargo, con el paso de los años empezamos a renunciar a ellas poco a poco, hasta darlas por olvidadas en muchos de los casos. Nos referimos a las botas de agua, las katiuskas de siempre que tantos buenos momentos nos dieron y pueden seguir haciéndolo, si nos animamos a recuperarlas.

Muchas son las firmas que han versionado este calzado dándole un aspecto más sofisticado, pero igualmente práctico para repeler el agua. Porque el objetivo, no lo olvidemos, no es otro que el de hacer frente a esos días de lluvia sin arruinar nuestro 'outfit' y que nuestros pies sufran lo más mínimo. Para los días fríos tenemos también las botas ideales, pero cuando el agua entra en juego, tenemos la suerte de que se nos abre también otro mundo de posibilidades.

Hunter se ha ido convirtiendo es la firma estrella, especializada por excelencia en este tipo de calzado, y ha conseguido incluso impulsarlas a la categoría de ‘must’, sobre todo gracias a celebrities como Alexa Chung, Kate Moss o Poppy Delevinge, por ejemplo, que recurren a ellas siempre que lo necesitan, y han llegado a convertirlas en un básico a la hora de acudir a festivales en los que el barro se convierte en el principal inconveniente con el que lidiar.

Poppy Delevingne recurre a las botas de lluvia Hunter para disfrutar del Festival de Glastonbury
Poppy Delevingne recurre a las botas de lluvia Hunter para disfrutar del Festival de Glastonbury / WP#DSDP / GTRES

Pero existen también marcas más asequibles que proponen modelos de diferentes estilos con los animarnos a lucirlas en el día a día, ya sea en un tono neutro para que encaje con cualquier estilismo, o con estampados divertidos con los que animar cualquier día pasado por agua.

En la siguiente galería encontrarás distintas opciones que seguro te salvarán de acabar calada cuando la lluvia haga de las suyas. Y es que, ¿por qué ir esquivando los charcos si podemos saltarlos sin ningún tipo de remordimiento?

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