¿Boda en otoño? Los mejores looks del enlace de Eugenia de York y Jack Brooksbank pueden servirte de inspiración

Tras la gran fiesta organizada el pasado mes de mayo en la que Meghan Markle y el Príncipe Harry se convirtieron en marido y mujer, el Castillo de Windsor volvió a vestirse de gala el 12 de octubre para celebrar el enlace entre Eugenia de York y Jack Brooksbank. La familia real británica volvió a hacer un despliegue por todo lo alto para que la nieta de la Reina Isabel II tuviera un enlace de cuento en el mismo enclave que lo tuvo uno de sus primos meses antes.

Y como suele ocurrir en estos casos nuestros ojos (además de a los vestidos elegidos por la novia para la ceremonia y posterior celebración firmados por Peter Pilotto y Zac Posen respectivamente) fueron a parar a los cientos de invitados que no quisieron perderse otra de las bodas más importantes de lo que va de 2018. Entre ellos, hubo algunos que destacaron especialmente por sus looks no solo por su elegancia y saber estar, sino también porque supieron arriesgar y marcar la diferencia.

Es el caso de la modelo Cara Delevingne, quien se atrevió a salirse de lo establecido por el protocolo con un traje a medio camino entre el frac y el esmoquin, que la convirtió en una de las mejor vestidas de la jornada.

Quienes no sorprendieron por elegir estilismos especialmente originales pero supieron acertar de lleno con sus elecciones fueron la actriz Demi Moore y la Duquesa de Cambridge Kate Middleton. Ambas optaron por vestidos de corte sencillo en color teja y fucsia respectivamente, dejando bien claro que lo clásico nunca falla.

Un poco más de riesgo tomaron otras dos de las invitadas más elegantes: Poppy Delevingne, a la última con un diseño de Oscar de la Renta compuesto por vestido brocado y abrigo a juego con tocado rompedor; y Alessandra de Osma, ideal con una pieza verde de incrustaciones granates firmada por Andrew GN también con un tocado que jugaba con las tonalidades del resto de complementos.

Ejemplos muy diferentes en los que poder inspirarnos de cara a las bodas a las que hayamos sido invitadas en lo que queda temporada.