Lo de la crítica fácil, y más ahora que existen las redes sociales, es un habitual sobre todo hacia las celebrities. Todos recordaremos cuando Candice Swanepoel fue criticada por su cuerpo tras el parto,Sara Carbonero fue tachada de mala madre por incorporarse 'muy pronto' al trabajo a los meses de nacer Martín, a Malena Costa por empezar sus clases de deporta cuando la pequeña Matilda tenía pocos meses, a la modelo Coco Rocha por darle leche de fórmula en vez de practicar la lactancia... Hasta tal punto son criticadas las madres, no solo del star-system sino cualquiera sea o no famosa, que hay un perfil de Instagram llamado @malasmadres en el que su creadora encontró una vía de escape a modo de denuncia de todo lo que se espera de ella.
En definitiva, un aluvión de críticas nunca solicitadas llevadas a cabo por personas que se creen 'con derecho a', sin tener ninguno, como esas señoras que van por la calle y piensan que pueden dar lecciones de 'madre', 'abuela' o 'suegra' al resto del universo. Pero en este caso es peor porque se da en versión 2.0 y nadie sabe quien eres. Por tanto, el opinar se transforma en ocasiones en faltas de respeto. Hasta tal punto es así que desde hace años se creo un nombre a este movimiento, el mom-shaming, que se podría traducir como 'avergonzarse de una madre'.
La última víctima del mom-shaming ha sido Chiara Ferragni, y ya no por las continuas críticas que recibe por quienes piensan que está maleducando a su hijo Leo sino porque tiene más de un detractor que la tacha de mala madre por vestir "demasiado sexy". Críticas a las que ha contestado tanto su marido Fedez, afirmando que "ella es quien decide cómo vestir y qué fotos subir a sus redes sociales, como la propia Chiara.
Pero harta de que sus haters sigan troleando sus pies de foto ha decidido ponerse en pie de guerra y subir a su perfil de Instagram una fotografía de lo más sexy. En topless, tapando sus pezones y con unos pantalones de tiro alto beige y mirando fijamente a la cámara. Bajo ella, las irónicas palabras "pero eres madre", junto a un emoticono que denota lo cansada que está de leer esa frase en sus posts. Hace tan solo un día que la publicó y ya ha superado los ochocientos mil 'me gustas', una cifra que duplica la media de sus 'corazones' habituales, lo que demuestra que la gran mayoría de sus seguidores la apoyan incondicionalmente. Un gesto de lucha contra el mom shaming, tan habitual entre las mamás celebrities.
¿La culpable de esta revolución? La foto en su Instagram de un minivestido muy atrevido y sexy, ajustado a la silueta y con cuerdas cruzadas en los laterales. Un diseño de Fausto Puglisi que generó más de 10.000 comentarios, la mayoría positivos pero también algunos muy negativos.