Poco a poco, gota a gota, se está a empezando a inundar un río que estaba seco en un comienzo y que puede acabar desbordándose en las narices de Donald Trump y de la NFL, la liga de fútbol americano, el deporte más popular de Estados Unidos, hasta que tenga lugar el 3 de febrero la próxima Super Bowl.
Hace unos días, el medio de comunicación US Weekly anunciaba el rechazo a actuar en ella de Rihanna, quien al parecer, siempre según este medio, era la gran favorita para protagonizar el 'Half Time Show' en Atlanta, una ciudad que además se caracteriza por tener una amplísima comunidad afroamericana entre sus habitantes. Ahora ha sido Amy Schumer la que se ha unido a la decisión de Rihanna, publicando un mensaje en Instagram que traerá consecuencias si se van sumando en próximas fechas más personajes públicos, hasta el punto de que pueden comprometer la decisión de Maroon 5 de aceptar la propuesta de la NFL para actuar en dicho evento.
Schumer ha rechazado participar en alguno de los anuncios que se rueden para ser emitidos durante el descanso del partido -son los más mediáticos del año-, y ha deseado que el grupo californiano dé marcha atrás y rechace actuar también.
Tanto Rihanna como Schumer, se posicionan claramente de esta forma con el jugador Colin Kaepernick, que fue el gran iniciador de toda la polémica que perdura meses después de que él decidiera arrodillarse ante el himno norteamericano en vez de cantarlo y permanecer de pie, lo que se considera una ofensa a la patria. Hay que tener en cuenta que este jugador es afroamericano y el fútbol americano es un deporte asociado tradicionalmente a los blancos, por lo que su gesto para denunciar la brutalidad policial y las desigualdades sociales tuvo una repercusión enorme, especialmente dentro del país de las barras y las estrellas.
Tanto es así que hace pocas fechas Nike, que tenía contrato en vigor con Kaepernick pese a que éste se quedó sin equipo, lanzó una campaña exitosa a nivel mundial con la cara del futbolista, dando una visibilidad todavía mayor a la denuncia, que se expandió como la pólvora incluso entre los no aficionados a este deporte tan peculiar.
Todavía quedan varios meses hasta la fecha fijada para la Super Bowl de Atlanta, por lo que habrá que estar atentos para ver si otras celebrities norteamericanas se suman al boicot y aumentan de este modo la presión social sobre un evento que es seguido por millones de personas en todo el mundo, lo que pondría en un verdadero aprieto a Adam Levine y los suyos.