Te maquilles o no, hazte ¡ya! con un agua micelar para pieles sensibles y aprende a usarlo correctamente

Todas tenemos que limpiarnos la piel al final del día, mejor si la piel no se queda como si ardiera

Rita Ora en albornoz
Rita Ora en albornoz / GTRES

En plena resaca de los Oscars (tranquila, no vamos a hablar del famoso bofetón), todavía con los mejores maquillajes de las actrices en nuestra retina, nos paramos a pensar cómo debe ser el fin de fiesta de todas estas estrellas del cine.

Sea a última hora de la tarde, de madrugada o bien entrada la mañana, todas y cada una tienen que volver a casa o al hotel (con estatuílla o sin ella) y desmontar la producción que, horas antes, le han construido entre maquilladores, peluqueros y estilistas. Para empezar, tienen que desmaquillarse. Y hacerlo bien, aunque se mueran del cansancio.

AGUA MICELAR PARA LIMPIAR Y DESMAQUILLAR

El agua micelar, de la que seguro que estás aburrida de oir hablar, es la mejor y más sencilla solución para un hacer desmaquillado 'express'. Si bien es cierto que, si quieres una limpieza profunda, después tienes que recurrir a algún producto limpiador que se aclare con agua, también lo es que, para muchas mujeres, pasar un algodón humedecido en agua micelar al final del día, es mejor que nada.

El problema por el que muchas personas achacan poca capacidad de limpieza al agua micelar es que no la usan correctamente. Hay cuatro claves para que el agua micelar consiga arrastrar suciedad y maquillaje (recuerda que las micelas tienen dos fases y son capaces de quitar con cada una de ellas la suciedad lipófila –maquillaje, filtro solar, etc- y la hidrófila –sudor, contaminación, exceso de sebo, células muertas-).

Estas cuatro claves son muy fáciles de seguir pero, antes, conviene aclarar que las micelas son unas mini esferas dentro de las cuales hay agentes limpiadores o tensioactivos. No todas hay que aclararlas, confía en el fabricante que te diga que la suya puede quedarse en la piel. Tiene sentido hacerlo (lo de no aclararlas) con aquellas destinadas a pieles sensibles, que agradecen en general que se use sobre ellas poca agua y porque llevan algunos ingredientes añadidos como camomila o aciano, por ejemplo que sirven para mantener calmada la piel.

¿Por qué limpia el agua micelar? Porque al pasarla por la piel con ayuda de un disco (mejor si es reutilizable), las micelas se abren y atrapan los residuos y la suciedad de la piel como si fuera un imán.

TRES CLAVES PARA USAR (BIEN) EL AGUA MICELAR:

1 En cantidad suficiente: Impregna el disco de algodón o la toallita reutilizable lo suficiente, sin que llegue a gotear.

2 Sin frotar: Las micelas son capaces de atraer la suciedad y el exceso de sebo al contacto con la piel, como si fueran un imán.

3 Por su orden correcto: Limpia primero los ojos con suaves presiones y continúa desde la zona interior a la exterior. Por último, pasa a limpiar los labios; si hay maquillaje en tu piel, usa algodones distintos.

El agua micelar no necesita aclarado, como decimos, pero se puede utilizar un tisú y pasarlo sobre el rostro si tienes sensación de humedad en la piel.

Ahora que ya sabes el protocolo correcto de uso del agua micelar, atenta: Si tu piel es sensible con tendencia a las rojeces, hemos seleccionado unas aguas micelares con efecto calmante. ¡Echa un vistazo!

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