Las medio-verdades acerca de la polémica con las lámparas UVA para la manicura semipermanente

¿Deberías dejar de hacerte las uñas como hasta ahora porque pueden provocar cáncer de piel? Sabemos la respuesta

Chica haciendo manicura semipermanente con lámpara de secado
Chica haciendo manicura semipermanente con lámpara de secado / ISTOCK

En los últimos tiempos hemos oído y leído mucho acerca de los beneficios e inconvenientes de utilizar lámparas de luz (tanto LED como UVA) para secar el esmalte de las uñas. Los beneficios están claros: manicuras cuyo esmaltado dura quince días y que, salvo excepciones, mantienen su brillo y color hasta la siguiente visita al salón. Ahora bien, ¿son tan malas como dicen? ¿son potencialmente cancerígenas? Veamos de dónde surge la polémica.

Ya sabemos que existen dos tipos de luz en las lámparas que se emplean para hacer manicuras: la LED y la UVA. La primera tarda unos 30 segundos en secar las uñas, mientras que la UV necesita algo más, unos dos minutos. Aunque el mensaje de que hay que evitar las camas de bronceado es algo de lo que ya los dermatólogos casi ni hablan porque se da por más que sabido (pueden provocar cáncer de piel y está archi-demostrado), no ha habido tantas reacciones de expertos que desaconsejen el uso de las lámparas de secado que se usan en las manicuras semi-permanentes.

Si pueden ser responsables de un cáncer, ¿por qué no las han retirado del mercado? ¿Por qué no están prohibidas?

El (posible) peligro de secarse las uñas con lámparas

Varios investigadores de las universidades de Pittsburgh y San Diego han elaborado recientemente un estudio donde se aborda el tema. Se titula "DNA: damage somatic mutations in mammalian cells after irradiation with a nail polish dryer" (en español, “Daños en el ADN y mutaciones somáticas en células de mamíferos después de la irradiación con un secador de esmalte de uñas”) y lo ha publicado la revista científica Nature Communications.

Este trabajo de investigación, en el que se estudia el efecto citotóxico de la irradiación por una lámpara de secado de esmalte con UVA, reveló que esta radiación “indujo citotoxicidad, con un mayor número de exposiciones que causaron una menor viabilidad celular”. Tras conocer estos resultados, sí podemos extraer la conclusión de que la radiación emitida por los secadores de esmalte de uñas UV similares a las camas de bronceado, puede aumentar el riesgo de cáncer de piel de aparición temprana en las células.

Sin embargo, y aquí está el quid de la cuestión, como se trata de experimentos en los que la exposición a la luz ha sido larga (más de 20 minutos), frecuente y además se ha realizado con líneas celulares y no directamente sobre la piel, habrá que esperar a los estudios a gran escala para cuantificar con precisión el riesgo de cáncer de piel de la mano en personas que usan regularmente las famosas lámparas.

A este respecto, el mensaje de los dermatólogos españoles es claro: calma. El fin de semana pasado estuvo reunido el Grupo Español de Fotobiología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), donde están los mejores dermatólogos del país, que aseguraron que la radiación de estas lámparas de luz ultravioleta A es “de seis a ocho veces menos que la obtenida si te expones al sol en un día de verano”.

Sobre todo, cabe aclarar que aquí el tiempo también importa. La exposición para secar las uñas no supera, en total, los dos minutos. Ya se sabe que, dependiendo de la resistencia propia de cada uno, se necesita más o menos tiempo para quemarse cuando hay una exposición al sol sin protección. Y nadie ha dicho, además, que no puedas ponerte filtro protector cuando vas a la manicurista.

Limita su uso y busca alternativas

Deborah García Bello, licenciada en Química, investigadora en ciencia de materiales y divulgadora científica, @Deborahciencia en redes sociales, a cuyas publicaciones nos declaramos completamente adictas, explica que los rayos UVA causan daños en el ADN y dejan una “firma”, huella inequívoca de daños, que puede provocar que las células se comporten de forma anómala. “Como consecuencia de este comportamiento se podrían explicar algunos casos de queratosis actínica y carcinomas de células escamosas registrados en el dorso de las manos de las personas que utilizan estas lámparas con asiduidad”, apunta.

¿Qué podemos hacer, entonces? Según la experta, mejor evitar las lámparas UVA para la manicura semipermanente, pero si lo hacemos la clave está en hacerlo con poca frecuencia, con exposiciones cortas y protegiendo la piel para que no supongan un riesgo para nuestra salud. No olvides, además, que hay lámparas de luz LED sin UVA y que los top coat cada vez son mejores.

Y, por último, ¿tú sabías que existen guantes especiales para manicura que protegen la piel y solo dejan al aire las uñas? Nunca te acostarás sin saber una cosa más.

Síguele la pista

  • Lo último