Si has flipado con la última manicura de Laura Escanes, sabemos qué necesitas para copiársela

La modelo e influencer Laura Escanes se trae algo entre manos que parece muy emocionante, al menos para ella. Hace unos días, pasó por el salón de manicura a hacerse las manos y, al salir, ponía los dientes largos a su comunidad: “Manos listas para el rodaje de mañana”.

En Instagram vemos que sigue grabando y ya nos pica la curiosidad a ver de qué se trata… Mientras tanto, nos entretenemos analizando su fabulosa manicura.

Forma almendrada y esmalte cuidadosamente aplicado de un tono rosa palo con extra de brillo que consiguen unas uñas que parecen irreales por perfectas. Se trata de una manicura de las conocidas como “rusas” que tienen como particularidad que se hacen en seco, con la ayuda de un torno.

Ahora vamos a hablar de esos tornos, de por qué son buenos y de cómo usarlos correctamente (por si quieres comprarte uno), pero antes admiremos las manos de Laura:

¿ES BUENO HACERSE LA MANICURA CON TORNO?

Sí, es estupendo, si sabes usar bien el torno. Este tipo de manicura, llamada “en seco” y popularizada como “manicura rusa” es un método no demasiado conocido en España que promete ser más cuidadosa con uña y cutícula y, sobre todo, infinitamente más preciosista.

La técnica, explican los profesionales del salón Vanitas Espai, se realiza sin agua, emplea siempre limas de usar y tirar y no contempla cortar la cutícula, sino pulirla. El objetivo: un resultado más cuidado y un esmaltado más duradero. Como se somete a la zona de la cutícula a un proceso de pulido doble, consigue unos resultados pulcros hasta el extremo. Y, si no, fíjate en los dedos de Laura.

El motivo por el que las profesionales que hacen manicura en seco no cortan la cutícula es el mismo argumentado por los médicos: la cutícula es la protección natural de la uña contra bacterias e infecciones; además, si no la cortas, ralentizas su crecimiento. Te estarás preguntando cómo consiguen, entonces, este contorno de la uña tan sumamente limpio. El secreto está en retirar sólo la parte “muerta” con dos herramientas especiales: limas desechables y un torno eléctrico, especialmente diseñado para usarse en las manos.

Es muy importante que quien usa el torno conozca bien la técnica, para rebajar las cutículas hasta el punto exacto, justo donde termina el tejido muerto. Eso se hace primero con una lima de grano fino y, después, con el torno (que las pule). Habrás visto que aquí en ningún sitio se habla de alicates, palitos de naranjo, ablanda-cutículas…

¿Te atreverías a usar un torno? Te avisamos: hay un antes y un después.