Flan de huevo casero en tres pasos

Mmmm! Estamos salivando solo de pensar en preparar este delicioso postre que nunca pasa de moda: el flan de huevo casero, que además cómo vas a comprobar con tus propias manos no se tarda nada en prepararlo.

Lo que puede llevar un poquito más de tiempo es el caramelo, pero puedes optar por comprarlo ya hecho. Aunque hacerlo te lleva un ratito más y listo, así que anímate y apuesta por lo casero.

Necesitas:

Ingredientes:

Para el flan:

• 1 l de leche

• 6 huevos

• 150 g de azúcar

Para el caramelo:

• 100 g de azúcar

• Zumo de limón

• Agua

Comenzamos la preparación de nuestro flan casero caramelizando el molde. Para ello, ponemos el azúcar, un par de cucharadas de agua y unas gotas de zumo de limón en una sartén a fuego lento. Cuando empiece a tomar un color tostado, retiramos la sartén del fuego y esperamos a que desaparezcan casi todas las burbujas. Vertemos en el molde del flan con mucho cuidado para no quemarnos y repartimos el caramelo por todo el recipiente.

Por otro lado, procedemos a preparar la mezcla del flan. Colocamos en un bol los huevos y los batimos con una varilla manual. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo. A continuación, incorporamos el litro de leche y removemos suavemente para integrarla bien con los huevos. En el caso de que quede algún grumo, podemos pasar la mezcla por un colador.

Una vez lista la mezcla, pasamos a preparar la olla a presión donde coceremos nuestro flan. En ella agregamos algo de agua (mínimo de dos dedos de altura) y colocamos en el centro nuestro molde caramelizado con la mezcla dentro. Lo tapamos bien y, si fuera necesario, lo forramos con papel aluminio para evitar que se filtre agua. El tiempo de cocción dependerá del tipo de olla a presión y del tamaño del molde del flan, pero aproximadamente entre cinco y diez minutos.

Transcurrido este tiempo, abrimos la olla, sacamos el molde y dejamos que se enfríe antes de desmoldar.

Sugerencia: acompaña este delicioso flan casero con nata montada, fruta troceada o sirope de chocolate. ¡Para chuparse los dedos!

Gracias a la campaña Lácteos, di que sí.