Más 'Queen B' que nunca

La cantante Adele fue la más premiada, con un total de cinco galardones, pero la protagonista indiscutible de la noche fue Beyoncé. Como si de una diosa o de la mismísima Cleopatra se tratase, Beyoncé pisó el escenario demostrando que ni un embarazo de gemelos la para y nos regaló, una vez más, una actuación épica que guardamos para el recuerdo.

El momento más mágico se vivió cuando apareció ataviada con un vestido dorado de encaje y transparencias, obra de Peter Dundas para Roberto Cavalli, que acentuaba aún más su barriguita premamá y evocaba a la feminidad y al poder de la mujer. Mitología, simbolismo, arte y maternidad.Después de su actuación en losGrammys 2017, nadie puede negar queBeyoncées la reina de los escenarios. Interpretó canciones de Lemonade, su último trabajo, y también algunos de sus grandes éxitos.

Debido a su avanzado estado de gestión, la cantante (o deberíamos decir, la diva), bailó y se movió menos que de costumbre, pero tampoco fue necesario. El espectáculo, las bailarinas y ella, sentada en una silla y llevando una gran corona, crearon un ambiente dorado casi celestial. Mientras ella cantaba, en la pantalla se proyectaban imágenes de su madre, Tina Knowles, de su hija, Blue Ivy y de ella misma cuando era pequeña.

Con esta actuación en la que hemos visto brillar a Beyoncé como nunca, la cantante ha querido rendir homenaje a las mujeres de su vida y mostrar orgullosa su embarazo. Nos declaramos muyfans.